Cariñoso C4

— ¡Todos ustedes son un grupo de locos! — Yoongi gritó cuando llegó junto a Taehyung — Quiero salir de este manicomio —.

No era así como Taehyung tenía la intención de que Yoongi se enterara, pero el gato ya estaba fuera de la bolsa, por así decirlo. Lo único que Taehyung podía hacer ahora era controlar los daños — Cálmate, Yoongi —.

— ¿Cálmate? ¿Cálmate? ¿Estás loco? — El hombre se veía al borde de una crisis nerviosa — Me arrastraste a través de la nación ¿para qué, embarazarme? — Yoongi arrojó sus brazos en el aire como si estuviera tratando de asustar a un perro rabioso — ¡Necesitas que te examinen la cabeza! —.

Taehyung hizo algo que nunca había hecho antes. Se retiró.

Dejando a Yoongi despotricar, Taehyung volvería a salir. Una vez que Yoongi se calmara, entonces hablarían. Yoongi no iba a escuchar a Taehyung mientras se encontrara en shock.

— Lo siento — dijo Jungkook cuando Taehyung se unió a la pantera — Llegó justo en ese momento a la puerta — Sacudió la cabeza — Debió haber sido sigiloso porque ni siquiera olí que se acercaba —.

Taehyung tampoco — Encárgate de archivar ese papeleo. Yo me encargo de Yoongi —.

Jungkook no estaba muy convencido, pero se fue. Taehyung podía oler a otras panteras en la zona y sabía que mantenerlos alejados era una batalla perdida. Ninguno se opondría a la orden de Taehyung, pero su curiosidad era demasiado grande como para ignorar totalmente al huésped de Taehyung.

La puerta de malla se abrió de golpe, y Yoongi salió caminando penosamente los escalones.

La ceja de Taehyung se levantó — ¿A dónde vas? —.

Yoongi levantó el brazo y se despidió con el dedo de Taehyung mientras seguía caminando. Un gruñido salió de su garganta y Taehyung usó su telequinesis para teletransportar a Yoongi a la silla a su lado.

Yoongi jadeó y palideció. Miró hacia donde había estaba parado y luego hacia abajo entre las piernas antes de levantar la cabeza y ver a Taehyung.

— ¿Qué mierda está pasando aquí? —.

Taehyung podía oír una risita cerca y sabía que una de las panteras estaba muy entretenido.

— No te puedes ir — dijo Taehyung con fingida indiferencia, aunque sentía demasiadas emociones para nombrarlas. La idea de que Yoongi cruzara el duro desierto era francamente aterradora. Por alguna razón Chulmoon estaba en pie de guerra, y Taehyung no podía arriesgarse a que Yoongi fuera capturado por uno de los hombres de Chulmoon.

Además, se estaba encariñando del humano. El gato de Taehyung ronroneó con ese pensamiento. Bueno, él estaba más que encariñado, pero tener a Yoongi en su cama para calmar al hombre no iba a funcionar, a juzgar por el terror en los ojos de Yoongi.

— Sólo me moviste desde allí — Yoongi señaló hacia el camino que se alejaba de la casa — Hasta aquí — Señaló a su silla — ¿Cómo? —.

— Telequinesis — Taehyung se echó hacia atrás, esperando que desatara su ira. Si Yoongi había enloquecido al saber que estaba destinado a ser un criador, iba a reventársele un vaso sanguíneo por haber sido movido por la mente de Taehyung.

La frente de Yoongi se arrugó, una pequeña mueca se formó en sus rasgos — ¿Has tenido este poder todo el tiempo? —.

Taehyung no estaba seguro de a dónde iba Yoongi con su pregunta — Sí —.

Yoongi se puso de pie — ¿Entonces por qué diablos no nos teletransportaste desde ese maldito hotel? — El hombre gritó sus palabras con su rostro de un precioso tono rojo. Taehyung no había esperado esto.

— Porque no puedo mostrar ante los humanos lo que soy capaz de hacer —.

Los ojos de Yoongi ardían y su rostro se hizo más rojo — ¿Entonces por qué hicimos ese viaje tan largo? —.

— Tenía que devolver el carro de alquiler —.

— Está bien, entonces ¿por qué no nos teletransportaste fuera de esa emboscada? — Ahora, Yoongi se veía como si quisiera arrancarle la cabeza a Taehyung. Sus dedos se enroscaban y se desenroscaban, sus dientes apretados juntos. Taehyung pudo escuchar el sutil sonido, mientras se mantenía en calma. Para un tipo bajito, Yoongi tenía sus momentos de belicosidad.

— Una vez más, tenía que devolver el carro de alquiler —.

— ¿Aunque jodidamente nos dispararan? — preguntó Yoongi.

— Estábamos seguros — aseguró Taehyung — Si hubiera pensado que realmente estábamos en peligro, te hubiera sacado de allí —.

Yoongi se dejó caer en su asiento, con la mirada al frente — Tengo que estar soñando todo esto. Sí, eso es. Estoy soñando. En cualquier momento voy a despertar y estaré en mi jodido apartamento. Ni siquiera la parte del asesino de Choi será real —.

Taehyung esperó.

Yoongi giró la cabeza y miró a Taehyung. Aquellos ojos ligeramente hacia arriba parecían ensancharse — Aún estás aquí —.

— Eso es porque esto no es un sueño — dijo Taehyung mientras hacía todo lo posible para contener su risa — De verdad estás en territorio de las panteras y estas destinado a continuar la línea mágica de la sangre de los Panteras Chekota —.

Yoongi palideció incluso hasta más allá de la manzana de Adán que se balanceaba en su cuello a un ritmo vertiginoso — No, no es así — refutó rápidamente.

— ¿No estarías aquí o no llevaras la línea de sangre? — Taehyung preguntó. Se habría reído como lo haría una caricatura por la manera en la que Yoongi habló si no creyera que el chico enfurecería.

Así que, Taehyung se mantuvo en control mientras permitía a Yoongi procesar la información. Pero la tentación de tocarlo y acariciarlo era fuerte. Quería calmar las preocupaciones de Yoongi, asegurarle al humano que estaba a salvo y que esta nueva vida era algo para abrazar, no para temer.

El humano comenzó a morder su labio inferior mientras sus ojos color avellana parpadeaban hacia todo el inmenso bosque. Lo más probable era que el cerebro de Yoongi estuviera tratando de convencerlo de que esto no era real. Pero Taehyung sabía que Yoongi era inteligente. Sólo necesitaba tiempo para entender todo esto. El hombre llegaría a una conclusión racional.

— Estoy muerto, ¿verdad? — Yoongi finalmente habló — Choi consiguió matarme y ahora estoy en una especie de campo elíseos[1]. No me considero a mí mismo un héroe de algún tipo, pero eso tiene que ser la única explicación lógica —.

Eso no era una conclusión racional — Tú no estás muerto —.

— Maldición — Yoongi se desplomó en su silla — Entonces finalmente me quebré bajo la presión. Aún estoy en esa habitación de hotel, ¿verdad? Estoy envuelto apretadamente en una camisa de fuerza y alucinando todo esto —.

Taehyung negó con la cabeza. Yoongi se cubrió la cara con las manos y luego a través de sus dedos se asomó para ver a Taehyung — Aún estás aquí —.

Eso hizo reír a Taehyung. No se estaba burlando de Yoongi, pero la forma en que Yoongi estaba manejando esto era cómica. Su mente racional no funcionaba y las conclusiones a las que llegaba eran humorísticas — Te ajustaras. Sólo que esto es una gran revelación para ti —.

Yoongi se quedó sentado allí por un largo tiempo en silencio. Taehyung se levantó y tomó un vaso de agua de la cocina y lo dejó en la mesa, entre ellos antes de tomar asiento una vez más.

— Yo… — Yoongi parecía estar luchando con sus palabras — ¿Voy a quedar embarazado? — Tomó el vaso con una mano temblorosa y bebió toda el agua.

— Para ser honesto — dijo Taehyung — No estoy seguro de cómo un humano llegó a ser un Chekota Criador, pero llevas la marca —.

Los ojos de Yoongi fijos en Taehyung mientras bajaba el vaso — ¿Qué marca? —.

Taehyung se inclinó y pasó el dedo por la marca fresa en su piel que se parecía a una pantera. Estaba en el cuello de Yoongi, justo detrás de su oreja. Taehyung se había dado cuenta por primera vez de la marca cuando Yoongi llegó al hotel con sus escoltas. Taehyung estaba ahí para unas reuniones de las que tuvo que hacer una salida precipitada con improvisadas excusas.

Después de las reuniones, había subido para ducharse y cazar a Yoongi, sólo para encontrar al hombre corriendo hacia los ascensores con claro miedo en sus ojos color avellana.

Los sentidos de Taehyung se declararon en alerta total. Sólo un hombre que corría por su vida se vería como si hubiera visto al diablo. Para ser honesto, Taehyung no tenía idea de quién era Choi. Pero por la forma en que Yoongi hablaba del tipo, y el hecho de que él hubiera enviado a un asesino a sueldo tras Yoongi, Taehyung podría inferir que Choi no era un buen hombre.

Pero Taehyung tenía la intención de averiguar quién era Choi y por qué estaba tras Yoongi.

Aunque no ahora. En este momento Taehyung estaba tratando con Yoongi. Taehyung había traído a Yoongi aquí con la intención de poner al hombre bajo su protección hasta que una de las panteras mostrara interés por el humano y tomara a Yoongi como suyo. Pero lo que Taehyung estaba sintiendo hacia Yoongi y los celos que se apoderaban de él ante la idea de que alguien se acercara al hombre sólo le decía que Yoongi era suyo.

Su gato había reclamado al humano como suyo.

Taehyung haría lo que fuera necesario para asegurarse de que Yoongi tuviera lo que necesitara, incluyendo el cuidado de la salud de Yoongi. Después de todo, si el destino había cambiado el rumbo y convertido a humanos en Chekota Criadores, entonces, Yoongi podría quedar embarazado. Él llevaría al hijo de Taehyung.

El pensamiento hizo que un escalofrío de miedo y una chispa de emoción recorriera a Taehyung — Naciste con esa marca — Taehyung finalmente le respondido a Yoongi — El parche color fresa se asemeja a una pantera —.

Yoongi se estiró y recorrió con la punta de los dedos su marca de nacimiento cuando Taehyung se apartó — Mi marca de nacimiento dice que soy… ¿Cómo llamas a eso? —.

— Chekota Criador — respondió Taehyung — Es el nombre que se le da a una persona que nace para dar a luz a las panteras con capacidades especiales —.

— ¿Cómo puede un hombre quedar embarazado? —.

Taehyung se pasó la mano por la mandíbula. — Tu cuerpo pasará a través de un cambio que te permitirá llevar un niño —.

Yoongi puso las manos en el regazo, curvando los dedos mientras contemplaba a Taehyung con ojos de reproche — Entonces qué ¿voy a ser entregado a todos tus compañeros hasta que pegué? —.

Taehyung gruñó en voz tan alta que Yoongi saltó en su asiento — No vas a ser entregado a nadie — El aire crepitaba alrededor de Taehyung, sus poderes chispeaban mientras su ira lo recorría — Si alguien te toca, lo mataré —.

– – – – – –

Unas horas más tarde, Yoongi estaba en el solárium, tratando de darle sentido a su situación. Se sentó en una piedra grande que estaba junto al estanque viendo a los peces koi nadar alrededor. ¿Qué tan extraño era que una pantera tuviera un estanque?

— Ustedes tienen una vida tan fácil — les dijo a los peces que eran de varios colores: blancos, negros, rojos y amarillo, y azul y crema. Eran verdaderamente hermosos. Podía ver por qué Taehyung los había añadido a este lugar, eran impresionantes.

Yoongi empujó sus piernas hasta el pecho cuando una pantera bajó por el camino. Estaba casi seguro de que era Taehyung por la forma y fuerza que emanaba de cada poro del cuerpo del gato. Se dio cuenta de que los ojos de Taehyung seguían siendo del mismo color azul brillante aun cuando estaba en su forma de gato. Su pelaje negro era liso y brillante.

Yoongi quería extender la mano y acariciar al gato, pero el miedo le impedía hacer algo tan estúpido. Taehyung en su forma de pantera evidentemente era diferente a su forma humana, pero Yoongi no podía dejar de ver fijamente la belleza de gato.

La pantera dio un profundo aullido que envió un escalofrío por la columna vertebral de Yoongi. Por extraño que pareciera, Yoongi sabía que el sonido no fue para asustarlo, sino para tranquilizar a Yoongi de que estaba a salvo.

La pantera se dejó caer en el suelo y se estiró, tomando el sol bajo la gran cúpula de cristal. Yoongi se sentó allí mirándolo, con miedo para hacer un movimiento. Taehyung bostezó y Yoongi vio los gruesos y largos caninos de la pantera. Apoyó la cabeza hacia abajo, haciendo caso omiso de Yoongi.

Este probablemente era el momento más extraño en la vida de Yoongi, y era decir algo después de lo que acababa de pasar. El momento era tranquilo y aterrador al mismo tiempo.

Sólo esperaba que Taehyung no quisiera ser acariciado. Yoongi no se acercaría a ningún lugar cerca del gran gato negro.

El sol comenzaba a ponerse por encima de las copas de los árboles, proyectando largas sombras por toda la habitación. Taehyung no se había movido. Si Yoongi no se equivocaba, Taehyung se había quedado dormido.

Levantándose de la piedra, Yoongi bordeó su camino alrededor de la pantera y entró en la casa de Taehyung hasta que estuvo de vuelta en el dormitorio. El agotamiento finalmente le golpeó y la cama parecía tan acogedora que Yoongi se metió bajo el edredón suave y cerró los ojos.

Se tensó cuando sintió que la cama se hundía. Giró la cabeza y vio a Taehyung, aún en su forma de gato, estirado a su lado — Si deseas mantener una vigilancia constante sobre mí, porque tienes miedo de que huya, no tiene que preocuparte — Un bostezo se escapó de Yoongi — Estoy demasiado cansado en este momento —.

El gato embistió suavemente la cabeza en un costado de Yoongi, antes de dejarla descansar en una de las almohadas.

— No puedo creer que vaya a compartir la cama con una pantera — Yoongi refunfuñó antes de darle la espalda y acomodarse. El aire de la casa tenía una temperatura agradable, pero a Yoongi le gustaba dormir con una manta. incluso en su apartamento mantenía el aire acondicionado encendido sólo para que estuviera agradable y frío. Era difícil dormir cuando hacía demasiado calor.

Y Taehyung exudaba mucho calor.

— ¿Te importa? — Yoongi preguntó mientras jalaba las mantas. Taehyung se inclinó y lamió la mejilla de Yoongi.

— Eso es totalmente asqueroso — Se apartó, dándole al gato la espalda, cerrando los ojos y rezando para que cuando despertara, todo hubiera sido un mal sueño.

– – – – – –

Namjoon se apoyó en un árbol, mirando hacia la cabaña mientras la cola se movía de ida y vuelta. No podía creer que Taehyung hubiera traído a un humano a su territorio. Desde que tenía memoria, ningún humano había puesto un pie en la costa oeste.

Por supuesto, muchos shifters habían viajado al este. Ellos fácilmente podían cambiar de forma y caminar entre los humanos sin ser detectados. Durante años, Namjoon había observado la peculiar raza, y eran muchas cosas lo que no entendía acerca de ellos.

Como el que ellos aún usaran carros llenos de gasolina cuando los híbridos se encontraban en alta demanda entre los shifters. La tecnología había avanzado en los últimos cien años, sacando de los teléfonos celulares las baterías de litio por teléfonos con energía solar. A los humanos no parecía importarles que las capas de hielo fueran casi inexistentes y que el clima hubiera cambiado tan drásticamente que la agricultura fuera obsoleta. Nadie había cultivado en casi ochenta años.

Al menos no los humanos. Los shifters aún dependían de la tierra para su alimento.

Namjoon cayó del árbol y cambió cuando vio a Hoshi y Jay acercarse a través del bosque, Namjoon les cerró el paso a Jay — Taehyung no quiere que lo molesten — les dijo a los hombres que se acercaban.

— ¿Es cierto? — Jay preguntó mientras sus ojos se dirigían hacia la casa — ¿Taehyung trajo a un humano aquí? —.

Namjoon se apoyó contra un árbol, con los ojos siempre vigilantes en la zona alrededor de la casa. Aunque estaban profundamente dentro del territorio RiverWalker, una vez que se difundiera la noticia acerca de Yoongi, mierda iba a golpear el ventilador — Jungkook dijo que tiene la marca en su cuello —.

— Interesante — respondió Jay. Jay era el centinela más joven, sólo estaba en su etapa juvenil. Él tenía mucho que aprender, pero tenía un gran potencial. En ocasiones se exaltaba y no siempre pensaba antes de actuar, pero era un buen luchador para cuidar tu espalda — ¿Taehyung reclamó al hombre para él? —.

Namjoon asintió.

— ¿Tiene el Chekota Criador un hermano? — La sonrisa de Jay era contagiosa, Hoshi se echó a reír. Jay frunció el ceño — Lo digo en serio —.

Las panteras no se preocupaban por el género. El sexo era el sexo y el amor era el amor. Sin importarles a ninguno de ellos lo que colgaba entre las piernas. Si Taehyung reclamaba a un hombre, a nadie le importaría. La única cosa que les importaba era que el linaje Chekota continuara.

— Jungkook me dijo que Yoongi es guapo — Jay continuó, obviamente, haciendo caso omiso de las sonrisas divertidas en la cara de todos — ¿Lo has visto, Namjoon? —.

— Aún no — respondió Namjoon — Taehyung está siendo un poco posesivo en estos momentos — Todos los gatos lo eran a la hora de aparearse. Aunque nadie se había acoplado en el clan RiverWalker. Los Centinelas eran todos solteros, aunque los hombres tenían amantes, pero ninguna pantera se había establecido. Namjoon tenía esperanzas de encontrar a su propio Chekota Criador. Sabía que las probabilidades estaban en su contra, pero si Taehyung había encontrado uno, entonces había esperanza.

— Vinimos por él, — dijo Hoshi — porque queríamos conocer al compañero de Taehyung — Hoshi miraba hacia la cabaña — Aunque no estoy seguro de que Taehyung esté dispuesto a mostrar al hombre ahora mismo —.

Jay se rio — Probablemente ya esté tratando de tomar a Yoongi —.

Hoseok palmeó la parte de atrás de la cabeza con cabello corto y castaño de Jay — Ten un poco de respeto —.

A juzgar por la mueca en la cara de Jay, le molestó que Hoseok lo hubiera castigado frente a los demás. Las panteras tenían un montón de orgullo.

Hoseok abrazó a Jay alrededor del cuello, jalándolo en un abrazo para calmar el ego dolido del hombre. Jay dejó de fruncir el ceño y le sonrió de nuevo.

Namjoon se limpió la garganta por lo fácil que el joven pantera se calmó — Si van a entrar, traten de mantenerse alejados de Yoongi en estos momentos, estoy bastante seguro de que Taehyung va a gruñirle a quien se acerque al chico —.

Una vez más, Jay se rio, pero esta vez mantuvo sus comentarios para sí mismo. Una vez que los tres regresaron a patrullar, Namjoon se movió y volvió a subir al árbol donde tenía una vista aérea perfecta.

Sólo esperaba que nadie fuera tan estúpido como para entrar en la tierra RiverWalker. Taehyung estaba cortejando a Yoongi, lo que significaba que iba a matar a cualquier persona que se acercara al chico.


[1] Los Campos Elíseos en la mitología griega era el lugar sagrado donde las sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos, es el paralelismo del cielo cristiano.

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