Cariñoso C2

Kim Taehyung no podía creer que había encontrado a este hombre. Unos minutos más y Taehyung habría perdido al hombre escondido bajo su asiento trasero. No tenía la menor idea de por qué estaba huyendo, pero cada instinto de Taehyung le decía que protegiera al humano.

Parecía como si alguien estuviera empeñado en matarlo. Por suerte Taehyung estaba aún más decidido a mantenerlo vivo. Tenía que hacerlo, por primera vez en cientos de años, un Chekota Criador había sido encontrado, y estaba agachado en el asiento trasero de Taehyung.

— ¿Cuál es tu nombre? — preguntó Taehyung mientras esperaba que el brazo electrónico se elevara y le permitiera salir del estacionamiento.

— Yoongi — respondió el hombre — Min Yoongi —.

— Mantén la cabeza abajo, Yoongi, hasta que te diga lo contrario — Taehyung activó el intermitente y movió el carro a la derecha como si tuviera todo el tiempo del mundo. No quería atraer ninguna sospecha de quien estuviera vigilando el estacionamiento, aunque no había visto a nadie vigilando el estacionamiento.

Entrando en el tráfico, Taehyung tomó la salida hacia la I-4. Se dirigiría directamente a Yosemite. Podría haber conseguido dos boletos en un vuelo nocturno, pero Taehyung no quería llamar atención no deseada de esa manera. Por otra parte, podría haber usado su telequinesis para teletransportar a Yoongi al territorio de Taehyung, pero eso estaba fuera de cuestión, ya que no quería asustar al humano y causarle un ataque al corazón.

Nadie podía saber que él tenía a Yoongi. Si alguien descubría que Taehyung tenía a un Chekota Criador, todo el infierno se desataría. Y Taehyung había tropezado con el chico por pura suerte. No quería que ningún otro shifter lo descubriera.

— ¿Puedo levantarme ahora? — Yoongi preguntó desde el asiento trasero del carro de Taehyung mientras pasaba un tráiler de dieciocho ruedas — Mi cuello está empezando a sufrir calambres —.

Taehyung miró por el espejo retrovisor, pero no vio a nadie que los siguiera — Adelante —.

Yoongi se deslizó al asiento y entonces miró por la ventana trasera. Taehyung podía ver la luna llena y gruesas nubes flotando. En noches como ésta le encantaba tumbarse en su porche y bañarse en la luz de la luna. Su pantera negra maulló de acuerdo.

En cambio, estaba conduciendo por la carretera al otro lado de país con un humano que podría tener el potencial de salvar la raza de Taehyung.

— ¿A dónde me llevas? — Yoongi preguntó mientras curvaba sus dedos en el respaldo del asiento de Taehyung, mirando por el parabrisas antes de que sus ojos color avellana se deslizaran hacia Taehyung — ¿Por qué me rescatas? ¿Nos conocemos? —.

— Confía en mí — dijo Taehyung cambiando de carril — Si me conocieras, no estarías haciendo esa pregunta —.

Yoongi carraspeó — Gran ego —.

Taehyung admitía que tenía un sentido bien desarrollado de sí mismo. Tenía que hacerlo. Él era el Alpha de los RiverWalker. La confianza era una gran parte de lo que era — Algo como eso —.

— Ego o no, aún quiero saber por qué me estas salvando — Sus miradas se fijaron en el espejo retrovisor. Taehyung pudo ver que Yoongi estaba trabajando las cosas en su cabeza. Sus labios estaban curvados hacia arriba y sus ojos eran impresionantes. Taehyung apartó la mirada. Encontrar a Yoongi había sido como ganarse la lotería. Fue una oportunidad en un millón. Aún no podía creer que tenía al magnífico hombre en su asiento trasero.

Aunque Yoongi era una especie rara, Taehyung no iba a decirle eso. Los humanos eran conscientes de los shifters, pero no tenían ni idea del complejo funcionamiento del mundo de los shifters. La mayoría de los humanos consideraban a los shifter panteras y lobos como fenómenos de la naturaleza cuya inteligencia apenas llegaba al nivel inferior del coeficiente intelectual.

Los shifters permitían que los humanos siguieran con su ignorancia. Eso lograba controlar su curiosidad e impedía que investigaran más el mundo de los shifters. Les daba la ventaja a los shifters. Su ignorancia también evitaba que los humanos se enteraran sobre los Chekota. Decirle a Yoongi que había nacido para continuar la raza de las panteras sería una píldora difícil de tragar. El chico no tenía ni idea de que tenía un preciado don.

Está bien, Yoongi nació para llevar el embarazo de la raza de lobos o panteras, pero de nuevo, Taehyung tenía un gran ego. Creía en asegurarse de que su raza no sólo sobreviviera, sino que prosperara. Ninguna pantera o lobo con dones había nacido en cientos de años, siendo Taehyung una de las pocas excepciones. Había shifters ordinarios y luego estaban los Chekotas. Estos últimos estaban dotados de poderes especiales, poderes como el don de curar con sólo un toque, ver el futuro, y cualquier número de otros talentos. Pero los Chekota eran una especie en extinción y los shifters habían comenzado a perder la esperanza.

Hasta ahora.

— Tengo que hacer pis — dijo Yoongi mientras empezaba a moverse en el asiento trasero — ¿Puedes encontrar una gasolinera? —.

— ¿No puedes aguantar? — preguntó Taehyung. Hacer cualquier tipo de parada en estos momentos no sería lo mejor. No sabía si quien estuviera tras Yoongi estaba siguiéndolo, o si algún otro enemigo sabía que Taehyung tenía a un criador con él. Había una gran cantidad de humanos que creían que los shifter deberían ser metidos en un agujero y matarlos. Taehyung no quería detenerse hasta estar en territorio de las panteras.

— ¿Por cuánto tiempo? —.

— Aproximadamente treinta y nueve horas —.

Yoongi hizo un sonido que parecía que se tragaba la lengua — ¿Y quieres que aguante tanto tiempo? — casi gritó las palabras.

Apretando los dientes, Taehyung tomó la siguiente salida. Divisó una gasolinera, justo adelante — Hazlo rápido —.

Llevó el auto rentado hacia una de las bombas. Podría poner combustible mientras estaban aquí. Saliendo del asiento delantero, Taehyung miró el pueblo y sus alrededores antes de abrir la puerta de atrás.

— Ya regreso — dijo Yoongi y se apresuró a entrar en la estación de la gasolinera y entonces salió y corrió por un lado del edificio. Taehyung utilizó su tarjeta de crédito y pagó en la bomba. Se apoyó en el carro, cruzando los brazos sobre el pecho, siempre vigilante.

Cuando la bomba se detuvo, Taehyung echó un vistazo hacia el lado del edificio, pero Yoongi aún no había regresado. Cerró el tapón de la gasolina y luego fue a ver qué le estaba tomando tanto tiempo.

Cuando Taehyung rodeó el edificio, vio a Yoongi correr a través del campo detrás de la estación. Con un gruñido irritado, Taehyung cambió y corrió tras Yoongi.

Para ser un humano, el chico era rápido. Pero Taehyung era más rápido. Le tomó solo unos segundos alcanzarlo y saltar sobre él. Yoongi gritó mientras era impulsado hacia adelante. Taehyung cambió de nuevo para atrapar al humano antes de que cayera de cara en la tierra.

— ¡Oh, Dios mío! — Yoongi luchaba por liberarse de los brazos de Taehyung. Siseaba y gruñía, pateando por liberarse — ¡Eres un shifter! —.

Por el tono de temor de Yoongi, Taehyung supuso que el chico no era demasiado aficionado a las razas peludas — ¿Por qué infiernos huiste? —.

Yoongi empujó a Taehyung en vano — Por Dios, no te conozco. ¿Qué si me estás engañando? Podrías ser uno de los hombres de Choi —.

— Ya te dije que no lo soy — Taehyung sujetó los brazos de Yoongi a sus costados. El chico se retorcía demasiado y temía que Yoongi se lastimara.

— ¿Se supone que confíe ciegamente en ti? ¿Tengo “estúpido” tatuado en la frente?, — Las palabras de Yoongi se cortaron — podrías estar mintiéndome. Siempre existe esa posibilidad —.

Mientras Taehyung sostenía a Yoongi, el olor del humano llenó sus pulmones. El aroma era acogedor e hizo que el pene de Taehyung se endureciera. Gruñó ante la forma en que su cuerpo estaba reaccionando en el momento más inoportuno. Taehyung levantó a Yoongi y arrojó al pequeño humano por encima del hombro. Trató de no pensar en lo bien que Yoongi se sentía en sus brazos, y lo dulce que el hombre olía, o lo mucho que quería joder al chico aquí mismo, detrás de la gasolinera. Taehyung normalmente tenía más control sobre su cuerpo que esto, pero Yoongi estaba excitándolo y eso perturbaba a Taehyung.

Yoongi golpeaba la espalda de Taehyung, jaló la cintura de los jeans de Taehyung, y trataba de patearlo moviendo sus piernas hacia arriba y hacia abajo, casi logrando golpear a Taehyung en la cara con su talón.

Taehyung levantó la mano y palmeó el trasero de Yoongi — Compórtate —.

— ¿Acabas de azotarme? — Yoongi preguntó con indignación en la voz.

«Sí, y maldición si eso no me excita».

— Y voy a hacerlo de nuevo si intentas huir — Taehyung se ganó algunas curiosas miradas de los demás en la estación, pero los ignoró mientras colocaba a Yoongi sobre sus pies y luego abrió la puerta de atrás — Entra o te meteré yo mismo —.

Yoongi le dio a Taehyung una mirada desafiante, con las manos en puños, levantando la cara hacia él — Esto se llama secuestro —.

— Pruébame — Taehyung agarró a Yoongi por el cuello de su camisa, dispuesto a empujar al chico al asiento trasero. Pero Yoongi levantó las manos en un gesto de rendición.

— Puedo entrar yo solo —.

Taehyung no estaba seguro de si había salvado a Yoongi o se había condenado él mismo. El hombre le estaba afectando de maneras que Taehyung nunca había experimentado antes.

Este iba a ser un largo viaje.

– – – – – –

Yoongi inhaló lentamente, tratando de dar sentido a la situación. Estaba enloqueciendo por estar en el mismo auto que un shifter, pero también estaba tratando de controlar su excitación. No debería sentirse atraído por su captor. Eso no tenía ningún sentido en absoluto.

El tipo entró de nuevo en la carretera sin decir nada más. Yoongi se sentó en el asiento de atrás, tratando de ver al hombre. Dios el tipo era sexy como el infierno.

«¡Detén eso! Lo que necesitas es averiguar por qué la pantera quiere a un don nadie como tú».

Nada tenía sentido para Yoongi.

Como nunca se había topado con alguien de esa especie antes, Yoongi no sabía qué debía hacer. Había un montón de rumores sobre los esquivos shifters que dominaban la costa oeste, pero las panteras no permitían la presencia de extraños en su territorio.

Dado el tiempo que el tipo le había dado a Yoongi, se dirigían directamente a la tierra de los shifters.

¿Por qué?

Estaba tentado a preguntarle, pero ahora que sabía lo que era su secuestrador, Yoongi tenía miedo de hacer algún ruido. Sólo veía la parte posterior del cabello del hombre, esperando que no tuviera horribles planes. Ser atrapado por uno de los hombres de Choi estaba empezando a sonar un infierno mejor que ser rehén de una pantera.

«¿Cómo es que me meto en estas situaciones?».

Yoongi se mordió el labio inferior, sus ojos regresaron a ver el perfil del tipo. Su captor no estaba lleno de músculos, pero tampoco era un enclenque. Llevaba un traje que le quedaba a la perfección, acentuando su bien definido cuerpo.

Yoongi se detuvo de babear.

Apenas.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó Yoongi, haciendo todo lo posible para romper el silencio. La pantera no podía enojarse por eso. Lo peor que esta persona podía hacer era ponerle fin a la vida de Yoongi. Lo que podría ser una bendición, dependiendo de qué misteriosos planes tuviera el tipo.

— Taehyung —.

¿Por qué Yoongi estaba esperando algo como Vante o Lucius? Taehyung no parecía tan mal nombre. Al crecer, Yoongi había tenido un perro llamado Tae. Era la abreviatura de Taemin. Había sido el mejor labrador negro en el mundo.

Pero decidió no compartir esa pequeña información. Taehyung no parecía del tipo que le gustara bromear. Probablemente no encontraría ningún humor en la similitud, o que había compartido su nombre con un perro.

Metiendo las manos entre las rodillas, Yoongi hizo todo lo posible para lograr descansar un poco. Iba a necesitar toda su fuerza cuando llegaran a su destino. Pero eso no significaba que Yoongi no fuera a tratar de escapar de nuevo.

— ¿Cuánto tiempo más ahora? —.

Taehyung miró el reloj — Cuarenta minutos menos, de la última vez que preguntaste —.

Hundiéndose en su asiento, Yoongi cerró los ojos.

Se despertó con una sacudida, sentándose mientras miraba alrededor. La luz del sol era brillante, haciendo que Yoongi entrecerrara los ojos para acostumbrarse. Bajó el vidrio de la ventana, y para su consternación, sólo bajó a la mitad del camino antes de detenerse. Pero fue suficiente para tener aire fresco. El viento estaba caliente y húmedo. Afortunadamente Taehyung había encendido el aire acondicionado en el carro, pero Yoongi quería sentir la brisa en el rostro.

Observando un letrero en el camino, Yoongi se dio cuenta que estaban en Luisiana — ¿Cuánto tiempo dormí? —.

— Cerca de diez horas —.

Maldición, debió haber estado muy cansado. Yoongi se acordó de su sueño interrumpido en el hotel y la forma en que realmente no había conseguido dormir mucho la noche antes de eso. Ahora que él no estaba agotado, pensó en lo ocurrido en la gasolinera.

Taehyung se había convertido en una pantera. Si Yoongi no lo hubiera visto con sus propios ojos, no lo habría creído. Pero una pantera negra lo había perseguido y lo había derribado.

Yoongi se acercó a la parte trasera del asiento de Taehyung — ¿Por qué me rescataste? — Taehyung nunca había respondido a esa pregunta. Su pregunta no incitó ningún cambio visible en la expresión de Taehyung. El hombre ni siquiera parpadeó. Frustrado, Yoongi regresó a su asiento.

– – – – – –

Después de conducir cerca de un día y medio, Taehyung estaba exhausto. No había dormido, y aparte de para llenar el tanque, no se había detenido. Pero ahora que estaban entrando en territorio shifter, estaba en alerta máxima.

Las panteras tenían propiedades en Arizona, California y Utah, mientras que los Lobos en Oregón, Idaho y Washington. A pesar de que estaba en el territorio de las panteras, no estaba en Yosemite. Eso significaba que tendría que tratar con otras panteras. Y algunos de los Alphas en esta región no eran demasiado amables, incluso con su propia especie.

Sacando su teléfono celular del bolsillo, Taehyung marcó el número de su Centinela en jefe.

— ¿El encuentro terminó? — preguntó Namjoon.

— Estoy entrando al Valle del Norte — El hecho de que estuviera en esta región lo decía todo. El Alpha de esta área era un malhumorado hijo de puta que sabría que Taehyung estaba aquí en el instante en que cruzara la frontera.

— Voy a enviar refuerzos para respaldarte —.

— No hay necesidad — dijo Taehyung — No quiero darle a Chulmoon alguna razón para iniciar una guerra. Entre menos RiverWalker implicados, mejor. Ya nuestra coexistencia con el clan Gim es inestable —.

La mayoría podría pensar que las panteras tenían un problema con los Lobos. Los humanos no sabían que las panteras luchaban entre ellas. Pero mantenían sus disputas en privado, ocultas del mundo exterior.

— Tengo a un Chekota Criador conmigo —.

Namjoon permaneció en silencio antes de que su voz saliera en un tono bajo y ronco — ¿Hablas en serio? —.

Taehyung lo miró por el espejo retrovisor para ver la mano de Yoongi pegada a la ventana, con la nariz tocando el cristal mientras observaba el paisaje.

Una vez más, su pene se sacudió ante la vista — Muy en serio —.

— Vamos a estar observándote — Namjoon colgó.

Taehyung deslizó su teléfono celular en el bolsillo.

— ¿Acabas de decir que estamos en territorio enemigo? — Yoongi frunció el ceño mientras contemplaba a Taehyung — ¿Me trajiste hasta aquí para hacer qué, que me maten? Podría haberme quedado en Orlando para eso —.

— Nadie te va a matar — Taehyung respondió mientras conducía por el maltratado camino — Pero mantendría mi cabeza abajo, si yo fuera tú — Claro, Taehyung estaba bromeando, un poco — Las panteras no son conocidos por su hospitalidad —.

Taehyung estaba tratando de cambiar eso. Creía que si los shifter no se unían, los humanos recuperarían el territorio de la Costa Oeste, una vez que los diferentes clanes pantera se mataran unos a otros. Pero Chulmoon creía en las viejas formas. El tipo no se movía cuando se trataba de la tradición.

La tradición iba a lograr que todos ellos estuvieran extintos. Lo que funcionó hace cientos de años ya no se aplicaba ahora. Había un infierno de más humanos en el planeta y un menor número de shifters. Si no aprendían a trabajar juntos, su especie estaba condenada.

— Si ustedes no pueden llevarse bien con los demás, ¿por qué infiernos metes a un humano en la mezcla? — preguntó Yoongi — Sólo digo —.

A Taehyung le gustaba el seco sentido del humor de Yoongi. El hombre había sido entretenido durante el viaje hasta aquí. Había tratado de escapar dos veces más mientras que Taehyung estaba cargando gasolina. Las dos veces, como con la primera, Taehyung había atrapado a Yoongi. Y en cada ocasión Yoongi se puso histérico. Había sabido que Yoongi iba a tratar de huir. Taehyung lo dejó hacerlo.

El chico necesitaba estirar las piernas.

Pero ahora estaban en territorio de las panteras, Taehyung no podía permitir que Yoongi saliera del auto hasta que estuvieran en lo profundo de las tierras RiverWalker. Incluso entonces sería peligroso porque nadie sabía quién era Yoongi.

Taehyung giró hacia el camino que conducía a Yosemite cuando vio un auto estacionado en medio del camino. Cada instinto en Taehyung le decía que esto era un montaje. No había un conductor en el auto.

— ¿Alguien necesita ayuda? — Yoongi preguntó mientras se inclinaba hacia adelante, apoyando los brazos en la parte posterior del asiento del pasajero — Esto me parece muy sospechoso —.

— Mis pensamientos exactamente — dijo Taehyung, inhalando el olor de Yoongi y lamentando el movimiento. Su sangre comenzó a correr por sus venas cuando Yoongi se inclinó aún más cerca.

— Creo que deberíamos salir de aquí — Yoongi susurró mientras giraba la cabeza y miraba la selva a cada lado de ellos — La palabra emboscada está gritando en mi cabeza —.

Taehyung sacó la pistola de la guantera y la puso sobre su regazo mientras movía su auto alrededor del otro abandonado.

Atrapó el movimiento por el rabillo del ojo justo antes de presionar el pedal del acelerador hasta el fondo.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar